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«Nuestro modelo para la RAI (Radiotelevisión pública italiana) es la BBC». La frase es del primer ministro italiano, Matteo Renzi, que se apuntó ayer un éxito al aprobarse en el Senado la ley sobre la reforma de la RAI, un servicio público que se financia en casi un 70 por 100 con un canon de 113 euros que pagan los italianos. Pero la verdad es que el resultado de la reforma está lejos de ser el modelo de la BBC, la televisión pública británica. La RAI , cuyo accionista es el Estado en un 99,6%, ha jugado un papel fundamental en la vida cultural y política de Italia, y su peso sigue siendo muy importante con un claro liderazgo de audiencia. De ahí que Matteo Renzi haya considerado la reforma de la RAI de una importancia comparable con otras reformas institucionales.
La principal novedad de la reforma de la RAI es la introducción de la figura de un administrador delegado, designado por el gobierno, en sustitución y con más poderes que el director general, que hasta ahora era quien diría la empresa estatal. El Consejo de Administración, compuesto actualmente por nueve miembros, se reduce a siete: dos elegidos por la Cámara de diputados, dos por el Senado, otros dos por el gobierno y uno designado por los empleados de la RAI. En cualquier caso, quien tendrá el control de la empresa será el administrador delegado, porque podrá nombrar los directores de los diversos canales y de informativos. Al Consejo de Administración le corresponderá expresar su parecer, que no será vinculante, con la excepción de los directores de informativos.