La historia reciente de la radiotelevisión pública israelí tiene mucho en común con la de la española. Es una historia de dificultades económicas y pérdida de audiencia que la han colocado al borde del colapso. Un medio de comunicación que ha pasado de ser una referencia informativa indiscutible a tener que competir con Internet y con las cadenas privadas que le han arrebatado el liderazgo aunque, bien es cierto, que su caída en la audiencia es mucho más dramática. El primer ministro Benjamin Netanyahu está elaborando un plan, encargado al Ministerio de Comunicaciones, para poner una nueva corporación de radiodifusión pública bajo un mayor control político.

Otra encrucijada incierta para el sistema audiovisual europeo. Se trata ahora de Euronews, esa cadena europea (o paneuropea) que emite en más de una docena de idiomas. Funciona desde 1993 y tiene su sede en la ciudad francesa de Lyon. Fue impulsada por lo que podríamos llamar “efecto CNN”. Porque tras el impacto que tuvieron los directos de la cadena estadounidense de información continua en la guerra del Golfo (la de 1990-91), diez radiotelevisiones públicas (entre ellas RTVE) crearon Euronews. De esas diez, nueve eran europeas (ERTU, egipcia, estaba también).

El objetivo de esta investigación es realizar un análisis cuantitativo y cualitativo del trato que da el TD2 de TVE a los casos de violencia de género; para acabar concluyendo un decálogo con propuestas para un correcto tratamiento de la violencia contra las mujeres en el TD2 de la televisión pública española.

Se ha presentado el 23 de noviembre de 2016 a las 10:30h en el Ayuntamiento de Alcorcón, Concejalía de la Mujer.

La CNMC acaba de publicar los resultados de su Panel de Hogares CNMC, una encuesta a hogares e individuos de periodicidad semestral, realizada el segundo trimestre de 2016.

Este panel, según la propia CNMC recoge datos muy diversos de sectores tan dispares como telecomunicaciones, audiovisual, energía, postal y transporte entre otros, lo que es lógico si tenemos en cuenta los diferentes sectores que abarca el “superregulador”.

Dondequiera que voy, sintonizo una radio local para la información. La convierto con rapidez en mi emisora de cabecera. La radio sigue siendo, de lejos, el medio más eficaz y más rápido. Ya sé que puedo seguir escuchando por internet emisoras españolas, francesas o BBC World, como de costumbre. Pero eso ya lo hacía en el siglo XX con las ondas cortas, largas y medias.

Sobre tres pilares puede RTVE construir su futuro global. En primer lugar sobre la base de una estrecha relación con la Agencia EFE. Si RTVE debe configurar un conglomerado que facilite el cumplimento de su mandato de servicio público con los medios autonómicos en el estado, debe hacerlo con EFE hacia el exterior.

Con cierta periodicidad, normalmente marcada por los calendarios electorales y de puesta en marcha de nuevos Gobiernos, se publican informes que sirven para el lanzamiento de mensajes apocalípticos sobre el futuro del servicio público radiotelevisivo.

No puedo estar más de acuerdo con el informe de la SEPI cuando afirma que 2015 “parece haber confirmado la recuperación del mercado publicitario iniciada en 2014 tras varios años de contracción”. Por fin afloran brotes verdes tras años de múltiples sufrimientos de gran parte de la sociedad española y sectores como la radiotelevisión y en su seno la Corporación RTVE, tras los recortes y zancadillas a los que se le ha sometido, bien merece una especial atención que refuerce la madurez democrática.

Ningún partido ha querido incorporar al debate electoral la reforma de un sector audiovisual que arrastra enormes deficiencias, como la fuerte concentración de medios que ampara la Ley general audiovisual o la urgente regeneración que necesita el servicio público de comunicación estatal.

Si algo han revelado con rotundidad las dos últimas campañas electorales es que vivimos en la era de la telecracia y que la llamada democracia de las audiencias ha calado en una opinión pública más interesada en el discurso de las hormonas que en el discurso de las neuronas. Es evidente que los medios de comunicación han jugado un papel decisivo en la estrategia, y probablemente en los resultados de los diferentes partidos, que acomodaron sus agendas a las actuaciones teatralizadas de sus líderes en los espacios de mayor audiencia.

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