El Consejo de Ministros del pasado 21 de diciembre aprobó un Real Decreto por el que se aprobaban y desarrollaban las obligaciones del servicio público de noticias de titularidad estatal encomendado a la agencia EFE. La agencia, fundada en 1939, carecía hasta ahora de un desarrollo legislativo acorde con la Constitución española y con la legislación europea, sin una definición clara de su misión de servicio público ni un contrato-programa aprobado por el Parlamento, ni contaba con estructuras de gestión que garanticen el pluralismo y el control de sus obligaciones. La única reforma destacada en el período democrático fue la realizada con el traspaso de las acciones, en mayo de 2001, desde el Patrimonio del Estado a la SEPI, que pasó así a constituirse en su único accionista, al amparo de lo dispuesto en la Ley 2/2001, de modificación de la Ley de Patrimonio del Estado.