En la actual coyuntura económica, nos parece que la existencia de un servicio público crossmediático de radio, televisión y servicios interactivos y participativos en la red, es crucial para defender las diversidades y las identidades culturales y lingüísticas, el pluralismo, la cohesión social, la integración multicultural, la promoción de las libertades fundamentales y el funcionamiento de la democracia. La alarma por la situación de crisis económica no puede servir como coartada para encubrir otro tipo de intereses políticos y económicos: la reducción del servicio público, en términos de coste-rentabilidad supondría que los ciudadanos dejarían de tener a su disposición contenidos caracterizados por la diversidad, imparcialidad y acceso universal.
La reducción de los presupuestos asignados a los organismos públicos de radiodifusión, en los países en los que están presentes, podría significar a corto plazo una pérdida de derechos fundamentales de los ciudadanos, como por ejemplo, el poder acceder a unos contenidos infantiles y educativos de calidad y no guiados por intereses comerciales. Y como la disposición de una oferta informativa neutral e independiente con el libre acceso a acontecimientos importantes.
De acuerdo con lo expresado por el Parlamento europeo, pedimos a los países miembros que mantengan la existencia de un servicio público “crossmedial” de alta calidad capaz de ofrecer una alternativa real a la programación de las cadenas comerciales y que, sin tener necesariamente que competir por las cuotas de pantalla y los ingresos procedentes de la publicidad, ocupe un lugar visible como base fundamental de la preservación del pluralismo en los medios de comunicación, el diálogo democrático y el acceso para todos los ciudadanos a unos contenidos de calidad. Ello deberá incluir también una adecuada financiación para asumir una misión de innovación tecnológica e del lenguaje que permita asegurar y extender la tradicional tutela/dominio pública también a los servicios interactivos y a los nuevos medios participativos, para garantizar una adecuada presencia informativa de proximidad en el territorio y para asegurar una valorización completa de los archivos audiovisuales que constituyen uno de los principales patrimonios nacionales del siglo XIX.
Estos medios de comunicación tienen que tener fuentes de financiación adecuadas y ciertas y un cuadro normativo estable y previsible. La presencia de las nuevas tecnologías es indispensable, con el fin de desarrollar las tareas del servicio público en la oferta de contenidos culturales de calidad y novedad, en estrecha asociación con las comunidades culturales y los grandes centros de excelencia en innovación: universidades, centros de investigación, laboratorios, centros tecnológicos y talleres de experimentación de nuevos lenguajes y modalidades expresivas de la comunicación y del espectáculo.
Para los colectivos sociales y los partidos minoritarios; para los agentes sociales, ONGs o asociaciones de consumidores y usuarios, el servicio público de radiodifusión es la mejor plataforma para proyectar sus actividades al conjunto de la sociedad, además del apoyo a la industria cultural y creativa nacional en todas sus formas más o menos nuevas.
En este contexto, consideramos que la sociedad europea se encuentra en un momento crucial para la consolidación de su modelo de servicio público de comunicación, y expresamos nuestra voluntad de defender la existencia de un servicio público:
Que reafirme una oferta audiovisual independiente, de calidad y tecnológicamente solvente, con unos medios económicos, técnicos y humanos adecuados a dichos objetivos.
Que sea coherente con la demandas de los ciudadanos, ajustándose a criterios de rentabilidad social, y siendo respetuosa con las leyes y directrices que velan por su misión de servicio público.t
Que sea el principal baluarte y la garantía de que prevalezca el interés general de crear una opinión pública libre: veracidad, independencia y pluralidad de la información, protección y promoción de los derechos de la infancia, igualdad de género y edad, defensa de los derechos humanos, apoyo a la educación y a la formación, al desarrollo cultural y a la cohesión social.
Que cuente con un modelo de gestión eficiente capaz de rentabilizar al máximo la producción y los recursos propios, con criterios que garanticen la independencia política y estimulen la profesionalidad, así como contar con recursos de financiación suficientes para alcanzar los objetivos empresariales
Que sea capaz de generar una oferta interesante, innovadora y de calidad dirigida a grandes segmentos de la población y justificada por su rentabilidad social.
Que cumpla un papel estratégico para el desarrollo de las identidades y de las industrias culturales y que garantice el derecho de acceso a los grupos sociales. Que profundice en la objetividad y la imparcialidad de sus informaciones, la pluralidad de opiniones, el respeto a las minorías y la participación social.
Que refuerce la colaboración con otros operadores audiovisuales públicos europeos, fomentando igualmente la producción audiovisual y “crossmediatica” independiente.
Y, finalmente, que participe de forma activa en el desarrollo de la Sociedad de la información para todos: con servicios de radio, televisión digital de alta definición y los servicios interactivos y participativos en la red, con una aportación significativa de contenidos y servicios móviles y multiplataforma. En definitiva, que facilite el acceso universal de los ciudadanos a una interesante oferta “crossmediale”, tanto generalista como especializada, mejorando así la alfabetización mediática para el interés público, es decir, de toda la colectividad.