Sin embargo, el Gobierno está decidido a crearlo antes de la próxima convocatoria electoral. Lío a la vista. El ministro de la Presidencia, Ramón Jäuregui, declaró ayer en la jornada Los retos del sector audiovisual, organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y Dircom,que «no es ningún capricho, sino una obligación legal» y que «es importante que exista un órgano regulador que en ningún caso limitará la libertad de expresión».
De hecho Jäuregui señaló que es precisamente ahora, sin ese órgano regulador, cuando el Gobierno tiene la reponsabilidad de controlar y sancionar a las televisiones a través del Ministerio de Industria.
«Lo idóneo es que sea un órgano independiente quien se ocupe de esto», explicó Jáuregui, que adelantó también que el deseo del Ejecutivo es que los miembros de este órgano regulador sean elegidos «sin cuotas parlamentarias».
Las televisiones no mostraron una oposición frontal., pero sí solicitaron al ministro que se haga sin prisas y con el «consenso de todos», según declaró Alejandro Echevarría, presidente de Mediaset España: «Preferiríamos que se pusiese en marcha la próxima legislatura y hacerlo bien, no con unas tasas que tendremos que pagar nosotros. No estamos en contra del organismo, sino de la forma en que se está haciendo, sin todo el apoyo político y del sector». Maurizio Carlotti, vicepresidente de Antena 3, añadió además que «no debería ocuparse de los contenidos, porque ya hay leyes que se ocupan de eso».
Sólo José Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta y presidente de Uteca, defendió la creación del CEMA, poniendo como ejemplo lo que sucede en la mayoría de países europeos y recordando que el PP lo incluyó en su programa electoral.
Pero los verdaderos problemas del .sector televisivo se centran en la drástica reducción de ingresos que han sufrido en los últimos años y que ha destinado al actual modelo audiovisual a un precipitado fracaso. Según explicó Contreras, en mayo de 2007, la televisión ingresó 360 millones de euros. Este mes de mayo, la cifra se ha reducido hasta los 190 millones. De ahí que el primer ejecutivo de La Sexta se atreviera a lanzar alguna de las propuestas que presentará al resto de socios de Uteca para frenar la caída del sector: «Por ejemplo, que las televisiones públicas dejen de comprar producciones a Hollywood, donde gastan unos 200 millones de euros, e inviertan ese dinero en producciones españolas, lo que automáticamente generaría unos 200 puestos de trabajo».
El presidente de RTVE, Alberto Oliart, y el secretario general de Forta, Enrique Laucirica, no se mostraron por la labor. «Esto no es posible», contestó Oliart, que afirmó que son más baratas para ellos las producciones de EEUU que las españolas.
