El flamante presidente, que aguantó con buen talante las intervenciones de los portavoces parlamentarios, solo perdió la compostura cuando oyó la palabra «purgas». «No puedo aceptar que se haya producido ningún tipo de purga desde que llegué: mis jefes no están en Génova (sede del PP), sino aquí en el Parlamento, porque son ustedes», dijo visiblemente enojado. En ese sentido, inscribió los relevos de periodistas en las tradicionales operaciones de renovación: «Es normal que con las nuevas temporadas las cadenas cambien las caras y las voces». Tras dejar claro que «nadie debe sentirse dueño de ningún espacio», detalló algunos de los casos en los que la marcha se había producido por «decisiones unilaterales». «Ana Pastor rechazó una oferta que se le hizo (la expresentadora de Los desayunos... sostiene que no se le ofreció nada concreto), Pepa Bueno decidió irse sin más y Susana Roza dejó voluntariamente TVE para irse al extranjero», precisó.