Entre 1330 y 1826 tuvieron la misión, entre otras, de salvaguardar las dependencias de palacio y los intereses del sultán otomano en todo su territorio. Feroces, fanáticos, sin embargo sus tácticas y estrategias no se basaban en el saqueo indiscriminado, en el ataque a indefensos, y mucho menos en la intriga palaciega; su identidad se fundamentaba en el valor, la disciplina y el dominio de las técnicas guerreras para controlar una situación.
¿Vienen los jenízaros?
Así que me temo que no, compañero. No vendrán nobles guerreros con la misión de intervenir un territorio que se desmanda al poder. Es más, me da la sensación que aunque supiera, y pudiera, reclutar jenízaros, al de los poderes nunca le han hecho falta con los mansos de RTVE, sus acomodaticios guardianes y sus adocenados perros… (miren sino el ancianito que colocaron al frente)
Así que los que vendrán, los que vuelven, tienen otro modus operandi: planean como buitres, graznan como buitres, esperan pacientes como buitres. O sea, que deben de ser buitres. Y al llegar se encontraran con unos que corretean ufanos como hienas, ladran como hienas, y depredan como hienas. O sea, que deben de ser hienas.
Resumiendo mucho: los que vendrá son sólo engominados buitres que intentarán a arrebañar lo que hayan dejado las sonrientes hienas de buen talante. Carroñeros todos ellos sólo eficientes en el despojo de las presas débiles y fáciles mientras sus guardianes y perros miran hacia otro lado argumentando sus acciones, justificando la ocasión y, por supuesto, culpabilizando al propio ganado de sus cuitas. ¡Que esa es otra!.
Es histórico que directores, sudirectores, jefes de servicio y demás ralea que con mayor o menor dignidad juegan al juego de ser guardianes y perros, se avienen indulgentemente a la orden de retirada del poderoso.
¿Es RTVE una presa débil y fácil?
Es duro admitirlo pero lo viene siendo. Ahora bien, lo que pase a continuación sólo lo dirá el tiempo. Y los trabajadores de RTVE.
Lo que sí sabemos es que sólo cuando el elefante, la gacela o el búfalo demuestran signos de debilidad o sumisión es cuando se acercan ufanos los carroñeros a coger “su parte”. Si el elefante, la gacela o el búfalo se revuelven en la lucha por la vida, hienas y buitres huyen despavoridos, o se avienen a mitigar su ataque.
Así que Javier, no es por estropearte la metáfora de tu artículo, pero ni jenízaros, ni sanjuanistas, ni mosqueteros… Puros carroñeros que depredarán sin paliativos a los que no se muestren vivos y luchadores.