El planteamiento del PP de integrar la agencia en la radiotelevisión pública en caso de ganar las Elecciones ha suscitado reacciones contrarias, así entre los trabajadores como entre los anteriores presidentes de EFE. «Sería un completo error. Se trata de la cuarta agencia más im portante del mundo y e! único medio español que realmente compite internacionalmente», resaltó a EL MUNDO Luis María Anson, que presidió EFE de 1976 a 1983. De igual opinión es Alfonso Sobrado Palomares, presidente entre 1986 y 1996, que definió la integración como «una barbaridad». «Tiene una actividad comercial con clientes particulares que RTVE no tiene. Además, se daría la situación de que la agencia seguiría dando sus servicios a la pública, lo que crearía un problema con las privadas», considera un periodista de la agencia. Así opinan otras voces autorizadas de la profesión: «Es una casa que necesita autonomía e independencia Sería un disparate», resumió a este diario Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
El caso de EFE es único en el panorama informativo. Por un lado, tiene un contrato por servicios con el Estado que en 2010 fue recortado un5% -2,5 millones anuales menos. Por otro, vende sus servicios en el mercado comercial. «En la reducción del contrato y en la crisis del sector está la explicación de las pérdidas», adaran a este periódico fuentes de la agencia. De este modo, las pérdidas de EFE se han disparado desde 1,7 millones en 2010 hasta 4,5 millones de euros en 2011.
En esa casa escuece la aportación económica pública -48,3 millones de euros para una agencia internacional con más de 70 años- en comparación con lo que cuestan, por ejemplo, las televisiones autonómicas -132 millones ene! caso de Telemadrid, y 300 millones ene! caso de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.
Esa cifra se incluye en un informe que el comité de EFE ha dado a conocer en los últimos meses a asociaciones profesionales, partidos e incluso Casa Real-lo han firmado, por ejemplo, Federico Mayor Zaragoza, Javier Cercas y Joaquín Lequina, además de Anson y Sobrado Palomares. Ahí también se recoge la oposición a cambiar de sede, desde la céntrica calle madrileña de Espronceda hasta el Ensanche de VaBecas, un paso que costó a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en torno a 40 millones de euros -en 2002, el presidente Miguel Ángel Gozalo vendió a una filial de la SEPI el edificio de Espronceda, y a día de hoy EFE prácticamente ha perdido su patrimonio inmobiliario. Dadas las circunstancias, la agencia pública de información ha lanzado un manifiesto en el que dama por «lo que exige la Constitución y lo que durante decenios han prometido todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria»: un marco legal que garantice su independencia y una dotación presupuestaria más alta para el cumplimiento de un servicio público.
«El Estatuto de EFE es algo qué estaba en el programa del PSOE, pero no se ha llevado a cabo porque no era del interés de la dirección. No interesa que el presidente sea elegido por el Parlamento, en vez de por la SEPI», resaltaron fuentes sindicales. La sociedad estatal aprobó el nombramiento de Álex Grijelmo como presidente de la agencia en mayo del año 2004.
El contrato oculto de Alex Grijelmo
El Comité Intercentros de EFE comunicó el viernes que, «ante la grave situación de deterioro» de la agenda, pide el «relevo inmediato de su actual presidente, Alejandro Grijelmo, y de su directora general, Lola Álvarez, así como la reestructuración de su equipo directivo». Creen los sindicatos que durante los siete años de Grijelmo «han desnudado a la agencia EFE de sus propósitos periodísticos y de su carácter público».
Grijelmo, según ha podido saber EL MUNDO, cobra alrededor de 200.000 euros anuales -dato que SEPI no da a conocer-, pero también ingresa dietas y un bonus por objetivos en el que podría figurar la integración multimedia de la agencia. De hecho, esa integración es el actual proyecto estrella de Grijelmo, que ha acelerado un proceso calificado como «infructuoso» por los sindicatos. Grijelmo consideraría culminado el plan al cambiar de sede -traslado previsto para marzo de 2012 pero postergado al menos a finales de ese año.
El consejo de redacción, consultado por EL MUNDO, valora así el trabajo del presidente: «Desde un punto de vista periodístico, la gestión de Grijelmo ha sido desafortunada. Se ha dado prioridad a intereses mercantilistas que, en nuestra opinión, no corresponden a una agencia de titularidad y servicio público»,