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Lunes, 29 Febrero 2016 16:22

Intervención de Enrique Bustamante en las Cortes valencianas

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Buenas tardes.

Para mí es un honor participar en esta comisión, que creo que tiene un papel relevante, un papel muy importante en la Comunidad Valenciana pero, también, seguramente, emblemático en el conjunto español.

Como creo que ustedes no me han invitado como profesor ni para dar ninguna lección magistral, que no suelo dar tampoco en mis clases, pues voy a atender, especialmente, a mi faceta de investigador defensor de los medios públicos desde hace muchos años, y de, especialmente, investigador en la faceta de modelos del sistema audiovisual y del servicio público en particular, ¿no?

Bueno, en primer lugar, me gustaría dar un contexto europeo muy breve, porque hace cinco años constituimos en el Prix Italia, en Turín, un equipo de diez investigadores, de diez países europeos, para reflexionar sobre el conjunto de la situación europea del audiovisual y, particularmente, del servicio público.

Y en Turín, en este año, en septiembre, y en Roma, en Eurovisión, en octubre, presentamos las conclusiones, una ponencia de síntesis, que yo realicé con presencia de la UER, de los directores generales de las grandes televisiones públicas, entre ellas Radiotelevisión Española, de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo. Yo creo que eso nos sirve un poquito para enmarcar el campo y el debate y la investigación en la Comunidad Valenciana, porque ya no trabajamos en islas pequeñas sino en un conjunto europeo que creo que es imprescindible.

Respecto a Europa, de forma muy sintética, en tres minutos les diré que el diagnóstico discutido también con entidades, asociaciones de espectadores, de ciudadanos, de defensa de libertad de expresión por varios países europeos, es que hay un deterioro del sistema de comunicación, sobre todo el del pluralismo, de la diversidad, tanto cultural como ideológica en Europa, que el polo público que ha sido muy potente, muy importante a lo largo de la historia, que está, que viene obligado por la legislación europea, el protocolo de Ámsterdam, por el propio tratado de derechos humanos de 2007, está siendo paulatinamente marginado, es cierto que mucho más en algunos países que en otros, ¿no? Mantiene una fuerza importante en Reino Unido, en Alemania, pero empieza a decaer no solo en audiencia sino también en recursos, en muchos países europeos, ¿no?, con injerencias políticas como se está dando ahora en Hungría o en Polonia, en países que tienen escasa tradición democrática, ¿no?

Mientras que el polo comercial publicitario, se está viendo muy afectado por la crisis y, en cambio, sobre todo por la crisis de la inversión publicitaria y, en cambio, el polo de pago, de pago por el consumidor, va fortaleciéndose con una pata importante del video on demand, ¿no?

Bueno, analizamos allí también la actual regulación del audiovisual europeo, las políticas de la Unión Europea sobre el audiovisual para sostener que estamos en un momento emblemático de encrucijada, porque la Comisión Europea ha lanzado un debate sobre la directiva de servicios de comunicación audiovisual, de 2007-2010, en temas vitales, por ejemplo, la forma de concesión de las licencias privadas y sus garantías de objetividad, de pluralismo, etcétera, para que no esté en manos de los gobiernos y del juego político. Un tema vital es la regulación de los nuevos actores en internet, del audiovisual.

En la directiva de servicios de comunicación audiovisual hay un auténtico agujero negro. Los servicios de vídeo por demanda no están regulados, lo que se llama vídeo online; no tienen obligaciones de producción independiente, ni europea, ni de defensa del consumidor, solo recomendaciones, con lo cual la competencia es desigual entre las grandes cadenas clásicas, públicas y privadas, con los nuevos agentes que llegan en buena medida desde el otro lado del Atlántico, como el caso de Netflix.

Hay un debate también ahí sobre qué competencias debe tener la Comisión Europea. Entendíamos en todas las consultas que el protocolo de Ámsterdam está ya anticuado porque no tiene en cuenta suficientemente el papel de servicio público multiplataforma, en el futuro de la era digital.

Entendíamos también que la legislación anticoncentración era bastante insuficiente en la Unión Europea, y no tiene en cuenta el juego y el equilibrio armónico entre los diferentes sectores. En definitiva, finalmente hemos pedido una gran conferencia europea sobre el audiovisual, que sea capaz de revisar la regulación, las políticas, también, europeas de cultura, de creatividad, y no solo de comunicación, y que integre el servicio público en un panorama mucho más armónico, más equilibrado, entre los grandes polos, el polo publicitario y el polo de vídeo online, de futuro.

Bueno, junto con eso llegábamos a todo un catálogo de buenas prácticas, analizado y estudiado siguiendo las tradiciones de los mejores países europeos pero, también, teniendo en cuenta los estudios de la UNESCO ya mundiales, globales, sobre las mejores prácticas que se han ido dando en el servicio público y en, también, la regulación armónica del sistema audiovisual en su conjunto, porque entendemos que el sistema es una estructura y no tiene componentes aislados, no va servicio público por una parte y la televisión privada por otra o la de pago, sino que hay una estructura de equilibrios que es preciso preservar para que realmente se garantice pluralismo, calidad de la cultura y de la comunicación para el conjunto europeo.

Y -creo que es un dato relevante- destacábamos que uno de los grandes déficits de la construcción europea, como todos sabemos, bastante en crisis en los últimos tiempos por diversos factores, era justamente la falta, la ausencia de un auténtico espacio público de comunicación que acompañara y, en buena medida, promocionara el proceso de construcción europea y una Europa social, cultural, democrática, y no solo económica.

Bien, en este marco, hemos trabajado también, en paralelo, un grupo de investigadores y profesionales, se llama Teledetodos, para llegar a una propuesta. Primero, un balance de los últimos diez años del audiovisual español y, en segundo lugar, una propuesta de nuevo modelo de servicio público especialmente, pero también, inevitablemente, de otros elementos del conjunto del sistema audiovisual.

Lo decimos claramente: no nos pretendemos como ingenieros sociales, no queremos usurpar el papel de los representantes legítimos de la sociedad española, que están, evidentemente, en los parlamentos, sino nuestra misión es investigar, analizar las mejores prácticas a nivel internacional y proponer a los representantes de la sociedad elementos de conocimiento para que puedan tomar decisiones en el futuro.

Bien, como me he leído detalladamente los informes que se han barajado en la Comunidad Valenciana y, especialmente, el informe de las universidades del País Valenciano que me parece que están muy bien, ¿eh?, y que tienen bases importantes para el debate, intentaré destacar, quizá, de nuestra propuesta, algún elemento que va más allá, ¿no? No contradice esas propuestas que se han barajado en la Comunidad Valenciana pero va un poco más allá de esas propuestas.

Nuestra convicción, primero, es que en los últimos cinco, siete años, el sistema audiovisual español se ha deteriorado profundamente en sus equilibrios, en su armonía, en su calidad, en su pluralismo, tanto por el polo privado, comercial, en un proceso de duopolio verdaderamente ya consolidado e insostenible, que hace imposible, inverosímil la competencia privada, como en el polo público, en un proceso, que todos conocemos, de al mismo tiempo injerencias gubernamentales masivas, en todas las regiones y a nivel central del estado, en un proceso de recortes financieros brutales, que ha mermado seriamente la capacidad de competencia y la capacidad de calidad del servicio público y, en un proceso también, de desvarío de los propios contenidos y de las misiones de servicio público que tiene que ver, lógicamente, con los déficits de financiación y con los déficits democráticos.

En esas condiciones y en el prólogo a la era digital, pensamos que es mucho más importante que nunca poner las bases de una auténtica regeneración del servicio público, que sea capaz de crear y mantener ese auténtico espacio público, esa auténtica esfera pública democrática, con consecuencias muy importantes en la cohesión territorial, en la cohesión de las comunidades autónomas, en la cohesión de cada comunidad autónoma en sí. Y, evidentemente, también, en el plano económico, en el plano de esa economía del conocimiento a la que todos aspiramos pero no siempre de forma muy coherente.

En definitiva, nos pronunciamos, igual que los documentos de la Comunidad Valenciana, por un servicio público fuerte, independiente, articulado a escala estatal, autonómica y local, -y ese es un dato que nos parece vital- multimedia, multiplataforma, que sea capaz de competir y de llegar a las nuevas generaciones a través de todos los dispositivos y todas las posibilidades de las redes sociales y las redes digitales, basado en la apertura, y «apertura» entendemos que es fundamentalmente participación social y, en consecuencia, transparencia de la sociedad civil; en la responsabilidad, en la estabilidad de la independencia. En definitiva, en un gran pacto social que tiene que ir en correspondencia en el plano autonómico, en el plano español, en el plano europeo, por un modelo democrático y social centrado no en la rentabilidad económica sino en la rentabilidad social y, por tanto, no en el coste de cada punto (inintel·ligible) ... de rating, como algunos han pretendido, sino en sus efectos sociales, en índices concretos que ya están disponibles, de innovación, de participación social, de calidad de los contenidos, de pluralismo, de las audiencias, etcétera.

En concreto, muy brevemente, nuestra propuesta tiene cuatro elementos fundamentales -es que no lo veo bien-, cuatro elementos fundamentales, una propuesta en contenidos, hay una propuesta muy detallada sobre Radiotelevisión Española, tanto en radio como en televisión, una propuesta muy detallada también de qué herramientas y qué contenidos debe abordar en las plataformas, en las redes digitales. Hay una propuesta menos definida en el ámbito autonómico, pero articulada. Defendemos los mandatos marco, los contratos programa, que nunca se han hecho en Radiotelevisión Española y que apenas están ya vigentes en muy pocas radiotelevisiones autonómicas. Nos centramos en la importancia del derecho de acceso, que nos parece vital, no solo a determinados programas sino al conjunto de la oferta programática; en la necesidad de un plan estratégico para la era digital, que esté ligado al contrato programa; un contrato programa que debe definir misiones pero también presupuestos para tres años mínimo, y debe conformarse como un auténtico pacto con la ciudadanía.

Para ello, una transparencia sistemática, de orden contable, de contratos, de sueldos, etcétera; equilibrio entre la producción propia e independiente; plataforma de la proyección en la cooperación cultural.

Una segunda parte es el tema de gobernanza, donde me gustaría destacar elementos novedosos, ¿no? Primero, en consonancia con nuestro proyecto para Europa, pensamos que se ha agotado el período, la etapa histórica, larga, en la cual los consejos de administración, los órganos de control, eran monopolizados por los partidos políticos.

Pensamos que estamos en una época diferente, que exige gobierno abierto, gobierno participativo, de forma que nuestra propuesta, en concreto, es:

Primero, segregar radicalmente la gestión del control externo de esa gestión. Por tanto, separación radical entre el director general, elegido por concurso abierto, de los organismos de control externo, consejo audiovisual, consejo de administración y consejo social.

Segundo, destacamos una buena práctica de la radiotelevisión pública alemana, sobre todo la sentencia del Tribunal Constitucional, de marzo de 2014, en la que destaca que los partidos políticos deben ser minoritarios, concretamente habla de menos del 30%, en los órganos de control del servicio público.

En consecuencia, nuestra propuesta es que los partidos políticos, de un total de 9, elijan a 4 miembros del consejo, a través de un consejo social, donde estén representados el conjunto de las entidades de la sociedad civil no lucrativas y los partidos políticos elijan solo a una minoría, a 4 de 9 -5 y 4-, todos ellos refrendados por el parlamento, como no puede ser de otra forma, por mayoría de dos tercios. Pero los dos tercios no es una condición..., necesaria, pero no suficiente. Es necesario también romper, como dice el Tribunal Constitucional alemán, con el monopolio de los partidos políticos que, inevitablemente, imprimen una dinámica partidista, no especializada, no profesionalizada y, finalmente, gubernamentalizada del servicio público.

Planteamos:

Consejos sociales de gran importancia, compuestos y elegidos por la sociedad civil, que controlen también el derecho de acceso, la participación sistemática.

Consejos de administración.

Consejos audiovisuales, como cúpula de la construcción, elegidos también por dos tercios sobre propuestas profesionalizadas, con currículum y propuestas de servicio público.

Consejos audiovisuales que tengan competencias también vinculantes en la concesión de licencias, la concesión de frecuencias al ámbito público y privado.

Procedimientos para romper los intentos de bloqueo de esa mayoría de dos tercios, que nunca caigan en el error de perdonar la mayoría cualificada por mayoría simple en circunstancias coyunturales de la política, como hemos visto en múltiples prácticas en los últimos años.

Consejos de informativos que sean vinculantes en el nombramiento o la aprobación de los directivos importantes de informativos, naturalmente como protección también de la independencia de los informativos del servicio público frente a los gobiernos, pero también los lobby privados.

Carrera profesional objetivada, incluso en los niveles de dirección de las cadenas o de los servicios del servicio público.

Proponemos también una tercera pata fundamental de ese nuevo modelo, que sería la articulación territorial. Pensamos que no es posible mantener el despilfarro que supone el sistema doble español, de ámbito estatal y autonómico, más el tejido local, que ha ido mermándose en los últimos años, de forma que, siendo muy realistas y sabiendo que eso ha generado determinadas estructuras que difícilmente se pueden ahora romper desde arriba por un decreto o por una ley, proponemos una construcción paulatina, de dos a cinco años, construida desde la base, de forma que las televisiones autonómicas y Radiotelevisión Española -las primeras a través de la FORTA o directamente- puedan encontrar diversas formas de asociación, de cooperación, para construir articuladamente un servicio público de ámbito estatal mucho más barato, mucho más eficaz, con mucho menos despilfarro de dinero y con, finalmente, una capacidad de proyección hacia el exterior de las culturas regionales, de las culturas nacionales en España.

Eso significa un modelo mucho más descentralizado, donde las cadenas autonómicas que, voluntariamente, quieran asociarse con Radiotelevisión Española tendrían también la competencia de las ventanas territoriales de Radiotelevisión Española y de sus centros territoriales, y tendrían mayoría en los órganos de dirección para decidir la programación, la producción y los intercambios a nivel autonómico.

Eso significa también un sistema como el federal en Alemania, en el cual, finalmente, cada autonomía paga los costes, en función de su disponibilidad de riqueza, de presupuesto nacional. Naturalmente, eso implicaría todo un camino de negociación y de romper los resquemores que se han ido creando en los últimos treinta años, pero pensamos que la condición vital para eso es, justamente, la desgubernamentalización de la televisión autonómica y de Radiotelevisión Española en particular, que ha sido el factor que ha impedido, sistemáticamente, la cooperación.

Por tanto, fortalecimiento de la FORTA en su papel de holding y de articulación de las autonomías. Y, luego, papel de negociación directa e igualitaria entre la FORTA y las televisiones autonómicas con Radiotelevisión Española, para una auténtica articulación territorial.

Naturalmente, va de soi que también pedimos que las autonómicas no sean centralistas en su territorio y también se articulen con las televisiones locales, municipales, comunitarias, etcétera.

Finalmente, como propuesta inicial, proponemos la creación inmediata de un canal federal bilingüe, con la lengua de origen de cada producción, alimentado por el conjunto de las autonomías españolas, de las radiotelevisiones autonómicas con televisión española, que permita el acceso directo de la producción original y creativa de cada autonomía para el conjunto de España, sin tener que pasar por fórmulas o por redes de pago, como en la actualidad.

Finalmente, en el modelo financiero proponemos un modelo relativamente ortodoxo, es decir, modelo de diversidad de fuentes, de subvención pública mayoritaria, dinero público mayoritario, captación de publicidad comercial no solo por su valor financiero, también por su capacidad de democracia económica de la competencia de las pymes en las regiones.

Pero, además, proponemos otras fuentes que hasta ahora se han utilizado escasamente: el beneficio, también para las autonomías, de las cuotas y las tasas o canon que pagan las licencias privadas, que debería repartirse, de forma equitativa, entre el conjunto de las regiones.

Proponemos también la posibilidad de que, si un gobierno tiene serios problemas de subvención y de financiación de la radiotelevisión autonómica, pueda implantar en el IRPF, en la declaración del IRPF, un canon informativo obligado, en el cual el ciudadano vea que la tasa habitual en otros países occidentales europeos se reparte de forma proporcional a sus ingresos y no es una tasa igual para todos. Es el mismo proceso que ahora se está discutiendo en Alemania, en el Reino Unido, en Italia, cuando se ve que el viejo canon ya no vale porque es regresivo fiscalmente y porque estaba fijado en el televisor, y ahora podemos recibir la televisión de forma múltiple, a través de cualquier dispositivo.

Planteamos también el uso del dividendo digital, que es una fuente enorme de beneficios fiscales para el estado español, europeo, y que se está utilizando para la caja general, cuando debía tener una función de apoyo al servicio público y de apoyo a la lucha contra la brecha digital, porque nace, justamente, de la expropiación de un bien público, que son las frecuencias, y que se están pasando directamente ya a la telefonía y a la telefonía 3 o 4D.

Finalmente, planteamos también la posibilidad de mantener la tasa de operadores privados, de fórmulas de patrocinio para Radiotelevisión Española, siempre coherentes con las emisiones de servicio público y la potenciación de la comercialización de productos, de programas que en las redes digitales sería mucho más posible y mucho más fructífero.

En definitiva, pensamos, por concluir, que es necesario una homologación, finalmente, del servicio público del sistema audiovisual español con el europeo, que nunca se ha alcanzado, ni siquiera en 2006 con la reforma de Radiotelevisión Española, ni siquiera en 2010 con la ley general del audiovisual; y que es necesario hacerlo dentro de un proyecto europeo, con una capacidad de producción exterior. En la UER se está planteando ahora una cooperación acrecentada del servicio público, de cara a construir incluso redes sociales públicas, un internet de servicio público -que hoy nos falla.

En definitiva, pensar en local, pero también pensar en global al mismo tiempo. Y, desde lo local, hoy, hay que construir lo global y hay que colaborar en la construcción europea.

Muchas gracias.

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