Decenas de reales decretos, leyes de medidas urgentes y reglamentos han salpicado el sector audiovisual en los últimos años. Pero estas frenéticas reformas han tenido, en la práctica, un efecto bumerán.Impulsada por la crisis económica y por la debacle de la publicidad, la televisión vuelve al pasado. Hace 15 años la pantalla estaba dominada por Antena 3 y Telecinco. Hoy, estas compañías se han convertido en dos grupos hegemónicos tras los procesos de fusión: Telecinco selló hace dos años la integración de Cuatro y Antena 3 ha tomado el control de La Sexta el pasado 1 de octubre. Ambos colosos siguen reinando sin apenas sombra: atraen más de la mitad de la audiencia y controlan casi el 90% de la publicidad.
El dominio de los dos operadores privados, con su familia numerosa de canales, se hace aún más patente ante el retroceso de TVE, un paso atrás agigantado por el recorte de 204 millones de euros en la subvención de este año (a los que se añaden los 50 que perderá en 2013). Este hachazo ha obligado a TVE a ahorrar en contenidos renunciando a eventos deportivos y a series de gran tirón, como Cuéntame y Águila Roja. "Los recortes del PP han entregado la audiencia de TVE a las privadas de la misma manera que el PSOE les regaló su publicidad", comenta un experto en medios audiovisuales. De hecho, Telecinco y Antena 3 han conquistado la mayor parte del botín de los anuncios que acaparaba la televisión pública (unos 500 millones de euros).