[El Mundo]
Poner el candado en la vieja y cara tienda para abrir otra más pequeña y rentable. Así se puede interpretar el anuncio lanzado por el Gobierno israelí sobre el futuro del servicio público de televisión y radio. En la presentación de las conclusiones de la comisión que ha estudiado cómo tapar sus enormes agujeros económicos, técnicos, políticos y de audiencia, los ministros de Comunicaciones, Gilad Erdan, y Finanzas, Yair Lapid comunicaron el cierre el próximo año del ente estatal de radiotelevisión. De sus cenizas -prometen- nacerá un organismo que aspira a ser más barato e independiente y competir con los poderosos tiburones de la industria privada.
En el camino de esta histórica remodelación que requiere la aprobación del Parlamento, se prevé el despido de la mitad de los casi 2.000 empleados. Teniendo en cuenta la fuerza sindical, no será tan sencillo.