Artículo original publicado en El País, el 8 de Abril de 2012
Están en el ojo del huracán. Los políticos las exhiben como piezas a abatir en tiempos de crisis para salvaguardar la sanidad o la educación. Pero las televisiones autonómicas, acusadas a menudo de despilfarro, se aprietan el cinturón para sobrevivir a los duros ajustes que se avecinan.