[El Economista]
PERE VILA
Como muchos otros, el sector audiovisual se encuentra en un profundo y acelerado proceso de cambio y transformación. Esto es consecuencia, fundamentalmente, de las nuevas posibilidades y formas de acceso a contenidos, de las nuevas preferencias y usos de esos contenidos por parte de la audiencia, y de la progresiva entrada de nuevos competidores en el mercado -fruto de una bajada considerable de las barreras de entrada en el sector-.
Estos cambios, junto a la incorporación de tecnologías disruptivas -aquellas que transforman la manera de producir y distribuir los contenidos- y junto a las mejoras que se están produciendo en la calidad y las prestaciones de los contenidos audiovisuales, están provocando importantes modificaciones que requieren adaptaciones continuas en el modelo productivo, organizativo y de negocio de las empresas del sector.
La profundidad y celeridad de esta transformación del sector audiovisual es especialmente trascendente para las grandes empresas y corporaciones del sector, para las cuales el proceso de adaptación implica necesariamente cambios culturales y organizativos de trascendencia. Cambios que requieren un proceso de adaptación que nunca es inmediato, y que demandan tiempo, pericia y dedicación. De aquí que estas empresas deban, en la medida de sus posibilidades, adoptar estrategias que les permitan anticiparse, conocer y explorar estas nuevas tecnologías, y crear mecanismos y sistemas que dinamicen el conjunto de procesos de adaptación al cambio.
En estas circunstancias, la innovación es uno de los elementos clave. Permite a la organización ganar tiempo, comprender mejor los procesos, y realizar, de manera estructurada, una correcta adaptación a los cambios futuros. Es decisivo, pues, que la empresa audiovisual preste atención al cambio, innove y se adapte de forma temprana a las posibles modificaciones de su entorno. Esto le permite disminuir y mitigar el posible riesgo de ser superada por otras empresas del sector, e incluso el riesgo de desaparecer acosada por la competencia. Es este el motivo por el que, en la actual coyuntura de transformación, las empresas del mundo audiovisual necesitan incorporar e integrar en su organización una cultura propia de la innovación.