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Jueves, 27 Enero 2011 21:16

La financiación de las empresas públicas de radiodifusión en Europa (I)

Escrito por Santos M. Ruesga y Carlos Resa

En esas líneas queremos aportar algunas líneas de información y reflexión sobre los mecanismos de financiación de las televisiones públicas en el ámbito de la Unión Europea. A modo de síntesis, se observan tres mecanismos básicos de financiación: a) El cobro de cánones a los contribuyentes (bien sean la usuarios del servicio o los operadores que actúan en el mundo audiovisual, la venta de espacios publicitarios en las emisiones o la subvención directa del Estado como contrapartida, se entiende, por el servicio público que prestan.

Complementariamente se pueden financiar por otros ingresos procedentes de actividades mercantiles (venta de derechos, merchandasing, etc.). La realidad del presupuesto de ingresos de las empresas que prestan el servicio público audiovisual es una mezcolanza de lo más dispersas de estas tres fuentes de financiación y la complementaria. Pasamos a reseñar brevemente cual el panorama europeo.

Las empresas públicas audiovisuales tienen una considerable penetración en los hogares de Europa Occidental. En el caso de la televisión, van desde los dos tercios de la audiencia en Dinamarca hasta un tercio en Portugal. Existe una alta correlación entre niveles de renta y libertad y la audiencia relativa de las empresas públicas audiovisuales. Esa presencia no es gratuita aunque tampoco es cara. En toda Europa se dedican cerca de 35.000 millones de euros a la financiación de estas empresas públicas audiovisuales, sin contar a las que son propiedad de entes públicos subestatales. Representa, en total, poco más del tres por ciento del Producto Interior Bruto español y mucho menos si comparamos con el presupuesto acumulado de los países miembros de la UE.

En Europa, la inmensa mayoría de ese consumo público de las empresas audiovisuales se financia con ingresos procedentes de cánones. El más común de entre estos, y con gran diferencia, es el que grava la propiedad de un aparato de televisión, que en Europa Occidental se sitúa como norma común entre los doscientos y trescientos euros anuales. No obstante, dada la complicación y el coste de su recaudación en algunos países existen alternativas más simples y baratas como los cánones a la electricidad o a las empresas de comunicaciones. Casi dos terceras partes de los ingresos de las empresas públicas audiovisuales llega por la vía del canon, aunque en algunos países no tiene el monopolio sobre estos ingresos, que se distribuyen entre un conjunto más amplio de actores. Más de seis mil millones de estos ingresos van a parar a las televisiones públicas alemanas y casi cinco mil a la británica British Broadcasting Corporation. Con la reciente incorporación de España, vía los cánones sobre los operadores televisivos y diversas vertientes de las empresas de telecomunicaciones, sólo los Países Bajos, Portugal, Hungría, Bulgaria y los países bálticos se mantienen alejados de este tipo de financiación, que fuera de Europa también existe en Japón y Corea del Sur. La subvención directa vía transferencias presupuestarias ligadas o no a la prestación de determinados servicios de interés pública es una fórmula de utilización mucho más infrecuente en Europa que el canon, alcanzando apenas el quince por ciento de los ingresos públicos totales que tienen las empresas públicas audiovisuales.

 

 La financiacion de las empresas publicas de radiodifusion en Europa (I)

 

Como contrapartida, los ingresos privados representan una parte menor de los ingresos de las empresas públicas audiovisuales. En 2009 apenas representaron un cuarto de sus ingresos totales, presentando además una curva decreciente no sólo términos relativos sino también absolutos. En España, en su momento el segundo país en volumen de venta de publicidad por las empresas públicas audiovisuales, se ha prohibido legalmente partir del 1 de septiembre de 2010, como es sabido,  la emisión de cualquier tipo de publicidad a la Corporación RTVE

Dado que la publicidad tiende a tener un efecto procíclico bastante, los ingresos por esta vía se han visto reducidos durante el más reciente periodo recesivo en las economías europeas.

Y, asimismo, como resultado de las restricciones legales y de la evolución económica, los ingresos privados de las empresas públicas audiovisuales distintos de la publicidad, entre los que destacan la venta de programas y el alquiler de diversos bienes y servicios públicos, fueron en 2009, por primera vez, superiores a los de la venta de publicidad. Y ello pese a que son muy minoritarios el número de países que prohíben totalmente la publicidad, restringiéndose a los países nórdicos y Francia. Incluso en el Reino Unido, la publicidad es el principal y casi único mecanismo de la “otra” empresa pública audiovisual: Channel 4.

Sobre las ventajas e inconvenientes contrastadas de cada uno de estas formas de financiación y de los modelos realmente existentes hablaremos más en detalle en un siguiente artículo.

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